Es muy común que cuando eres contador, recibas preguntas de conocidos y amigos como: “Oye, tengo algunas dudas sobre mi contabilidad, ¿me podrías ayudar?”. Esta situación puede generar un dilema: ¿debería cobrar por la asesoría o hacerla de forma gratuita?. Para muchos contadores, sobre todo cuando hay confianza de por medio, es difícil decidir si lo correcto es ofrecer el servicio sin costo o establecer una tarifa.
Este tipo de consultas puede variar en su complejidad. No es lo mismo que te pregunten los requisitos para darse de alta en el SAT, que te pidan ayuda para hacer una declaración o que busquen una solución a un problema que su propio contador no ha podido resolver.
En este artículo te explicaremos cómo valorar y cobrar por una asesoría contable, asegurando que tu tiempo y experiencia sean compensados adecuadamente, incluso cuando se trate de conocidos.
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Diferencia entre una consulta simple y una asesoría especializada
Primero, es importante entender que no todas las consultas merecen una asesoría completa. Si la pregunta es simple o de conocimiento general, puedes ofrecer una respuesta genérica. Por ejemplo, si un conocido te pregunta cómo darse de alta en el SAT, una respuesta sencilla bastará. No obstante, si la consulta es más específica, como revisar si su empresa debe hacer una declaración complementaria o evaluar sus estados financieros, el trabajo ya involucra una mayor dedicación y esfuerzo.
Para estos casos más complejos, es recomendable invitar a la persona a visitar tu despacho o agendar una reunión formal. De esta manera, además de ganarte un cliente potencial, la otra parte comprenderá que todo trabajo profesional debe ser remunerado.
¿Cuánto cobrar por una asesoría contable?
Si la consulta requiere una investigación detallada o análisis exhaustivo de documentación, lo mejor es cobrar por horas-hombre.
Un método sencillo para calcular tu tarifa es dividir tu sueldo mensual entre el número de horas que trabajas en el mes. Por ejemplo, si ganas $10,000 pesos mensuales y trabajas 160 horas al mes (40 horas semanales), tu tarifa por hora sería de $62.50 pesos.
Veamos un ejemplo práctico:
Si un cliente o conocido te solicita una asesoría para revisar sus estados de cuenta, y este trabajo te lleva 4 horas, deberías cobrar $250 pesos ($62.50 por 4 horas). Es fundamental que no subestimes el tiempo que te toma investigar, leer o revisar documentos.
Este enfoque de cobrar por horas es eficiente porque asegura que todo el tiempo invertido sea remunerado, incluso cuando no estés directamente ejecutando un proceso, sino realizando una investigación o análisis.
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Tarifa basada en experiencia
Otra opción es cobrar por la experiencia y conocimiento. A veces, una consulta puede ser compleja, pero tu experiencia te permite dar una respuesta en pocos minutos. Si bien puede parecer exagerado cobrar por una consulta que resolviste en 10 minutos, debes considerar el valor de tu experiencia. Los años que has dedicado a formarte como profesional tienen un valor intrínseco, y el hecho de que puedas resolver problemas rápidamente es precisamente por esa trayectoria.
Un ejemplo: Si un conocido te consulta sobre un tema complejo que a otro contador le llevaría horas resolver, pero tú tienes la capacidad de darle una respuesta precisa en poco tiempo, podrías cobrarle por el valor del conocimiento, en lugar de basarte solo en el tiempo invertido.
La importancia de establecer tarifas claras
Es esencial que desde el inicio de tu carrera como contador, establezcas tarifas claras para tus servicios. Muchos profesionales tienden a evitar hablar de dinero cuando se trata de conocidos, lo que puede generar malentendidos o incluso pérdidas de tiempo valioso.
Te recomendamos definir tus tarifas en función de:
- La complejidad de la consulta.
- El tiempo estimado que te llevará la investigación o revisión.
- Tu experiencia y conocimientos especializados.
De esta manera, puedes evitar la incomodidad de tener que explicar por qué estás cobrando y, al mismo tiempo, aseguras que tu trabajo sea valorado.
Estrategias para evitar malentendidos
Cuando alguien cercano te pida asesoría, lo mejor es establecer desde el principio si la consulta será remunerada o no. Puedes optar por ofrecer una primera orientación de manera gratuita, pero dejando claro que una consulta más profunda o detallada tendrá un costo. Esto no solo es profesional, sino que también ayuda a evitar malos entendidos.
Una buena estrategia es ofrecer una respuesta genérica y mencionar que, si desean profundizar en el tema, pueden acudir a una consulta formal. De este modo, la persona entenderá que tu tiempo y conocimientos tienen un valor.
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Ser contador implica manejar conocimientos especializados que muchas personas no poseen. Aunque te encuentres en situaciones donde conocidos o amigos te pidan ayuda, es fundamental valorar tu tiempo y esfuerzo. No dudes en cobrar por tus servicios, sobre todo cuando se trate de asesorías que implican investigación o análisis detallado.
Cobrar por una asesoría contable no solo es justo, sino que también refuerza la idea de que todo trabajo profesional merece una remuneración. Ya sea que optes por cobrar por horas o por el valor de tu experiencia, asegúrate de ser transparente con tus clientes y conocidos desde el principio.