#1 Clases de inglés
Todos te lo decían y nunca los pelaste, solo fingías asistir a clases para que te dieran el título. Y ve ahora que cuando estás en la oficina y se abre una vacante con el doble de sueldo, no puedes aplicar ya que para tu sorpresa el inglés es un requisito indispensable.
#2 Los libros de la biblioteca
Recuerdas cuando podías consultar alguna duda en la biblioteca de la escuela, GRATIS. Las NIFS, las leyes y los conceptos más básicos de contabilidad.
Así es, solo eran copias o con tu celular una simple foto y pum tu información al instante.
#3 Consejos gratis
Este punto es de reflexión ya que honestamente en el mundo laboral NADIE, NADIE te da consejos gratis y por muy cruel que se lea, difícilmente alguien de la oficina te dirá como se hacen las cosas para que te salgan bien ya que la mayoría (no generalizo) pero prefiere que te vaya mal para que ellos asciendan. A diferencia de cuando uno es estudiante, NINGÚN maestro se va a negar a darte un consejo o decirte que estás haciendo las cosas mal. De hecho, para eso es la escuela para equivocarse ya que no pasa de una mala nota, pero en el mundo real una equivocación puede tener consecuencias legales.
#4 Tiempo libre
Cuando trabajas y sientes que la vida se te acaba peor ves el reloj y falta todavía una hora para la comida, te acuerdas de tu vida escolar donde cada hora tenías un descanso de al menos 5 minutos, pero tenías un poco de aire puro.
#5 Cursos de Excel
¿Quién lo diría? Excel es lo único que debes aprenderte de memoria para tu vida laboral, hacer tablas dinámicas, saberte las fórmulas para que tus estados de cuenta queden rápidos y saber manejar los macros son esas cosas que te harán un gurú en la oficina y por ende el que se las sepa de todas todas.
Si tan solo le hubieras puesto atención a tu profesor en vez de estar viendo tu Facebook en clase.